importante para el “dueño” del casino; generalmente un testaferro.
Los participantes siempre pierden y la banca gana . Participan conociendo su
suerte y con la leyenda de que algún jugador ha saltado la banca en alguna ocasión.
La pastilla roja o azul .
Solo dos escogidas como antítesis mutuas y ofrecidas por tansolo un proveedor.
Aunque las posibilidades sean diversas.
Solo cuando a “la banca le conviene” hay matices y colores.
Pero ellos dicen que “la suerte” está echada.
El participante ha de creer en la suerte, la “fortuna”.
Que su vida ésta tansolo depende de la suerte y no en la elección, quizá, de
abandonar un juego cuyo destino final es tristemente conocido.
El jugador elige porque es su naturaleza, pero la banca solo le da unas opciones.
Suelen ser dos
Si desea otras . No
juega y se le expulsa del casino de las formas propias de éste.
Si es un juego de guerra, no vale el bando pacifista, solo los conflagrantes
El casino es el mercado y lo copa todo. No hay mas vida que dentro de este . El jugador es cliente seguro.
Salimos a tomar el aire a la terraza y vimos que el mundo no era tan pequeño y
que quienes fueron expulsados del casino pudieron tener otras alternativas si
hubiesen sido libremente expulsados, o por iniciativa propia marchado.
Intuimos que el mundo no era tan pequeño y entonces cometimos el error de
creer que era diferente y extenso.
Nuestro desconocimiento nos llevó a dudar de todo, de nuestra historia, de
nosotros mismos, de nuestra herencia cultural .
Perder nuestra identidad.
En el casino nos daban una identidad de jugador , una
cultura del juego y unas leyendas de triunfadores.
Aunque estábamos a gusto en la terraza. La confusión identitaria hizo volviéramos
a jugar a “te pasas o quedas corto” perder todo hoy , ganar un poco mañana
Cuando dejamos de espalda QUIZÁ la auténtica realidad
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Comentarios correctos . Echémonos medio siglo atrás. Gracias.