El perro muerde su cola. El marxista se resiste a perder su condición (igualándose y comparándose sin revisionismo a su antítesis). Nunca, nunca corrige. El esbirro lucha contra si mismo y su miedo lo exporta a sus víctimas para así aumentar éste. El corrupto sigue a sus líderes y cualquier promesa que le salve sin nada hacer. El empresario acata todo mientras sea subvencionado y el legañoso vende su alma, el de sus ancestros y vástagos con el fin de poder vivir con las migajas de siempre.

El “resistente” no prospera resiste en cada vez círculos mas cerrados se manifiesta en calles luego en barrios , luego en redes generales para acabar en las propias . Continúa un círculo cada vez menor .

El mismo o su destino le otorga la responsabilidad al ser seguido pero no la acata , trabaja sus círculos de forma particular nunca la solución definitiva.

El capitolio y no a los ya identificados agentes del mal..

Ocupa mucho tiempo mientras delibera quien es el líder, quienes se infiltran , quien es una máquina, quien su verdadero informante. Dando como político, voz de respuesta a sus grupos de seguidores, que salen publicados en sus propios medios a vista general. 

 

 

Rechaza a cualquier apostante si ya lleva labor realizada y frustra , pues es falso que conteste a su grupo de acólitos a no ser que sea de su círculo mas íntimo o un adulador.

Si se siente acosado se derrumba un momento para continuar con otro tema que le permita seguir en círculo.

El corrupto que no reconoce lo que es acosa al líder preguntándose de que zona de poder proviene, pues no comprende que nadie lidere sin hilos que lo hagan actuar. Le preguntan por sus etiquetas y ¿prestigio ganado (número de hilos de marioneta).

Terminando o proponiendo una esperanza para volver a lo mismo mañana.

Sus seguidores en mayoría son fetichistas de las supuestas energías y piedras brillantes y esperan entre buenismos mal entendidos en Vizancio saber cual es el sexo de los ángeles mientras la violencia real les invade.

Muchos confían en la ley y reglas del juego que a dictado su abusón enemigo. Que utiliza como vallas saltándose lo que le sea inconveniente.

Ciegos en Vizancio inconscientes de que la apuesta va de sus prócedes , vástagos y ellos mismos continúan siguiendo a sus antigüos dioses y paradigmas. El prestigio de personajes forjados por sus enemigos que buscan ya su vida y hasta a Dios. No miran a su alrededor para ordenarse socialmente bajo nuevos genios, nuevos valores que hicieron grande antes este territorio, y otros más. Fe en los inventos armamentos y avances de los propios que se sienten acomplejados por no lucir un renombre y olvidan su valor intrínseco.

Niñatos confundidos educados y adiestrados que creen ver y aún dormitan.

El anciano que quiere ser escuchado en sus reiteradas intervenciones que a nada llevan.

SALID DE VIZANCIO