“Alguien” cocina

Precaución pues como la rana en el puchero poco a poco vamos muriendo en el letargo y calor.
En definitiva en la comodidad.
Ya muchos comenzaron con sus viviendas domóticas seguramente ajenos a a los hechos de vigilancia desde el exterior aunque sí a la comodidad y demasiada confianza así como a los pagos electrónicos desde una herramienta , el celular.
¡Y tanto que celular!

El enemigo celular. Herramienta de posicionamiento de control que la rana adquiere como si desease calefactar la olla que le cocina lentamente.
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Primera potenciación del calor.

La tarjeta de créditos fue ya usual proveniente de clubes gastronómicos, otros clubes y finalmente billetera para todo. Primera adquisición para el calentamiento.
Segunda potenciación del calor.
Los pases de transporte. Tarjetas “monedero”
potenciación del calor.
Tercera potenciación del calor.
Pagos de aparcamiento.
Cuarta potenciación del calor.
Las urgencias decretadas.
Algunos han tomado color.
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Hay un momento en que no se desea “mas temperatura” .“Es incómoda”
No desea la mano que mece la olla pero es incapaz de mostrarlo de salir de ésta.
Quinta potenciación del calor.
Se niega o comienza a acostumbrarse a la guarnición de la olla.
Compra un aspirador que toma medidas de su vivienda.
Un televisor que opera como su celular o más agresivamente, compra los diodos como bombillas “baratas”.

Le disgusta el control de quien potencia el puchero pero está cómodamente entretenido con la guarnición.
Por no saltar admite ser clasificado.
Sexta potenciación del calor.
La comodidad de un único “ingrediente” para todo.
Para conducir , para su médico, como pasaporte al exterior o interior si es que alguna vez le permiten enfriarse un poco fuera del puchero.
Eso si , cocinando con seguridad. La de el cocinero, que tiene localizadas en todo momento a sus ranas y el estado de freidura de sus ancas,

Séptima...Ya no hay séptima vez. LO SENTIMOS
Seguramente no le gustó el texto desde que se nombró al celular u otro dispositivo mas interno, mas cercano.

Hoy Cristine Legarde nos habla de cash;que siempre entendimos como monedas sueltas, como el posterior a la tarjeta monedero sin darnos cuenta de la temperatura.
Si que nos cambia el clima sí. Si que particularmente nos está cambiando.

Otras temperaturas nos serán “inducidas”
La solución es clara pero los “ricos aromas” de la guarnición nos dejan sin fuerza para dar el salto y abandonar la olla.
Igual
salta otra rana y apaga “el control.”. El mando....Siguen pensando..
La renuncia es lógica pues engañarse a uno mismo es gratuito y confortante almenos de momento.
Veremos a ver, se dijo..y no vio más.
A veces unas pocas se salvan al límite pero salen muchas maltrechas o no consiguen saltar.
Lo más triste es la espera. La acción tardía que obtiene nefastas consecuencias o parecidas consecuencias que el no actuar.
Finalmente, al plato, si no todas, la mayoría.

Muchas que pensaban que nada a ellas pasaría pues seguían los pasos del cocinero fielmente y con docilidad . Todo un ejemplo. Quedaron en la olla, eso sí, con guarnición.
Igual hay suerte y viene el Jefe de cocina y afirma que ya no se necesitan mas ancas…..
Hasta mañana.
Todo comienza con el letargo espiritual, negar a Dios significa ser esclavo del maligno y mientras se siga en ese estado utilizando el libre albedrio para rechazar el amor y la verdad proveniente de Dios el alma se pierde.
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